Premià de Mar de mar tiene apenas 2km2 y una alta densidad de población que sólo se salva porque tenemos la playa y la montaña lo que permite disminuir en gran manera la sensación de agobio de las ciudades con alta densidad. De hecho, el Barrio Santa Maria-Santa Anna Tió - El Barrio Cotet se encuentra entre los más densos de Cataluña, con una densidad equivalente a más de 34.000 personas por/km2, que es superior a la media de Premià de Mar y solo comparable con algunos barrios de Barcelona como es el caso de l'Eixample que supera los 35.000 habitantes por km2.
Y dentro de esos dos kilómetros cuadrados el precio de la vivienda es un gran problema que afecta principalmente a dos colectivos. En primer lugar, a las familias con menos recursos. En segundo lugar, a los jóvenes que no consiguen trabajo estable y no tienen ingresos suficientes para abandonar la casa de sus padres. Aquí es donde encajan las políticas de vivienda, sobre todo basadas en lo que llamamos de alquiler social o alquiler asequible en el caso de los jóvenes.
Esta situación empieza a producirse con el Boom inmobiliario que despunta en el año 1999. Desde entonces el precio de la vivienda y también el del alquiler no ha dejado de subir, haciendo imposible que algunas familias puedan tener una vivienda digna. En nuestra ciudad el precio medio del alquiler es de 800 €, y ese precio, es evidente, que se come una gran parte de los ingresos de las familias, que tienen que asumir un sobre esfuerzo.
Decimos que existe sobreesfuerzo cuando ese gasto supera el 30% de los ingresos familiares. Y de ahí, la necesidad de aplicar políticas públicas que contribuyan a mejorar esa situación.
Porque el Gobierno de la Generalitat no ha apostado por la vivienda pública. Tenemos un parque de vivienda pública ridículo con respecto a otras Comunidades Autónomas, y la diferencia con otros países es abismal.